- El nuevo biodigestor permitirá convertir todos los residuos orgánicos de granja en energía renovable.
- La inversión fue de $2.900.000 y se realizó a través del programa Crédito Fiscal del INET.
- También se habilitó un criadero de cerdos acondicionado con tecnología de punta para la producción intensiva.
El IPEA 214 “Manuel Belgrano” ubicado en la localidad de San Antonio de Litín, inauguró ayer un biodigestor de laguna cubierta, esto es, un contenedor hermético donde se mezcla estiércol de animales con agua para que, en un proceso de fermentación anaeróbica (sin oxígeno), se produzca biogás (combustible que reemplaza al diesel, nafta y al GLP).
Además de esta obra, la comunidad educativa estrenó equipamiento específico que mejoran los entornos porcinos. Los dos galpones que actualmente funcionan en la escuela, fueron acondicionados con tecnología de avanzada para la cría intensiva de cerdos: corrales, sala de maternidad, gestación, cría y recría, comedero y bebedero automatizado, sistema de sensores de temperatura con electrobombas, sistema de cortinas, etc.
Ambos proyectos se vinculan entre sí, cerrando el circuito de economía circular: la energía generada en el biodigestor será destinada a calefaccionar el criadero de cerdos y optimizar su producción. Además, habrá instancias de capacitación destinadas a estudiantes y docentes, para que aprendan a manejar las herramientas disponibles.
Esta iniciativa comenzó en el año 2015 y, durante este tiempo, la comunidad educativa concentró sus esfuerzos en buscar los recursos necesarios para concretarla. Este año, a través del programa Crédito Fiscal del INET, fue posible encontrar una empresa patrocinadora que financie el proyecto educativo. La institución aportante fue el Banco de la Provincia de Córdoba (BANCOR). En el criadero también se emplearon fondos y recursos del Plan de Mejora de INET, del Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Provincia de Córdoba, de la Municipalidad de San Antonio de Litín, de empresas, productores y de la cooperadora de la escuela.
La inversión realizada permitió desarrollar esta obra de sustentabilidad ambiental, como también modernizar los entornos formativos con la tecnología que hoy se utiliza en la producción ganadera. Esto actualiza los aprendizajes y fortalece el perfil profesional de las y los técnicos agropecuarios que en un futuro trabajarán en la industria.