Por Ing. Patricia Aguirre,
Tco. Javier Maza, Prof. Sergio Zúñiga y
Prof. Alejandro Contreras.
Miembros del Equipo Técnico de la
Coordinación de Formación Profesional.

A lo largo de la historia, el vínculo entre el mundo de la educación con el mundo del trabajo se ha ido modificando. La Formación Profesional se transformó en uno de los ejes fundamentales de esa articulación en distintos niveles educativos. Pasado y presente en la provincia.

La Formación Profesional es el nivel de la Educación Técnica que tiene como destinatarias a las personas mayores de 18 años que necesitan adquirir nuevas capacidades, habilidades y destrezas, con el fin de mejorar sus posibilidades de trabajo y adecuarse a las exigencias de un mundo laboral en permanente cambio.

Dentro del ámbito educativo y luego del desplazamiento de la Educación Técnica en su conjunto de los planes estratégicos nacionales, la Formación Profesional retomó su protagonismo con la promulgación de la Ley Nacional 26.058. Este hecho se reflejó en nuestra provincia con el inicio de trayectos de formación en labores básicas que se habían perdido durante los años anteriores. Cientos de carpinteros, sanitaristas, electricistas, auxiliares de cocina, etc. pudieron formarse rápidamente en cursos de capacitación laboral e insertarse en una sociedad que demandaba esos servicios.

A partir de la comprensión del objetivo y la visión de la Formación Profesional concebida en la reciente Ley de Educación Técnico Profesional, progresivamente se agregaron líneas de trabajo que la ampliaron horizontal y verticalmente. Horizontalmente en la variedad de campos productivos en los que interviene y, verticalmente, en la articulación con los demás niveles de la educación, no sólo de la técnica, sino también de la destinada a jóvenes y adultos, a las personas con capacidades especiales, a la secundaria común y orientada, a los programas de inclusión y terminalidad, a la formación en contextos de encierro e, incluso, a la formación continua y permanente de los trabajadores y los profesionales que ya tienen construida una trayectoria de estudios. Para comprender esto hay que aclarar que, como un nivel más de la Educación Técnica, se categoriza a la Formación Profesional en Inicial y Continua. La primera, implica la formación en las capacidades de base que necesitan las y los trabajadores que se insertan en el mundo laboral y, la segunda, avanza en la actualización y la especialización de conocimientos que estos trabajadores necesitarán posteriormente.

En su contexto espacio y tiempo, la Formación Profesional fue la primera respuesta ante necesidades de los sectores productivos de la provincia y, a través de convenios y acuerdos, trabaja junto a otras instituciones gubernamentales, de representación de trabajadores, organizaciones de la sociedad civil y municipios, en la definición de ofertas formativas ya no sólo de los perfiles tradicionales sino de los que van surgiendo en un mundo laboral que cambia vertiginosamente. Es así que va dando respuesta a la formación en figuras como auxiliares de la salud, del cuidado de las personas, de los servicios públicos, de perfiles nuevos en los procesos productivos, entre otros. En algunos casos, garantiza incluso la formación para habilitaciones profesionales (matriculación de cuidadores gerontológicos, de electricistas, de instaladores equipos de energías renovables, etc). En el campo de las nuevas tecnologías, abarca todos los tramos de formación inicial en informática y programación, y luego las especializaciones en el comercio electrónico, el diseño de sitios web, la programación de sistemas embebidos, de aplicaciones móviles, la administración de redes, etc. Allí donde surge una nueva necesidad, se presenta la Formación Profesional con su posibilidad de brindar formaciones más cortas y adaptadas, capaces de articular luego con trayectos de niveles superiores.

La Formación Profesional en la Provincia de Córdoba cuenta actualmente con una red de centros constituidos, la mayoría en escuelas técnicas pero no excluyentemente, pues también se ubican en organizaciones de la sociedad civil, sindicatos, municipios o en organizaciones institucionales propias. Llega también a rincones recónditos de la geografía provincial a través de sus ocho Aulas Taller Móviles (ATM), equipadas para formaciones específicas: Instalaciones Domiciliarias (electricidad y sanitarias), Energías Renovables, Metalmecánica, Reparación de Autos y Motos, Soldadura, Automatización Industrial, Gastronomía. Así, cumple la misión de brindar herramientas de profesionalización aún en lugares donde no hay escuelas técnicas, y lleva a los habitantes de esas localidades posibilidades de formación a las que no accederían de otro modo.

Este año, como todas las modalidades y niveles de la educación, la Formación Profesional cuya organización curricular hace especial hincapié en las Prácticas Profesionalizantes, ha tenido que hacer frente a un desafío inesperado que la ha obligado a incorporar metodologías de enseñanza de las que no se había apropiado, pero que abren hacia el futuro una importante vertiente de posibilidades para complementar lo que sí es su esencia. Además, actualmente y ante la creación del Instituto Superior Politécnico Córdoba, enfrenta la tarea de articular con los niveles de formación superiores (Superior Técnico y Universitario), desafío para el que resulta valiosa toda la experiencia construida previamente.

En conclusión, la Formación Profesional lleva recorrido un buen camino de crecimiento, con un reservorio de experiencia en trabajo articulado y extendido en toda la provincia, lo que significa el reconocimiento como un nivel más de la Educación Técnica con su propia identidad.