Por Prof. Marcos Gómez,
Prof. Daniela Salgueiro
y Prof. Gabriel Scarano.
Equipo ProA

La mayor parte de las actividades que realizamos en nuestra rutina diaria están acompañadas por una computadora. Nos despertamos con la alarma del celular, nos mantenemos informados sobre las actividades de nuestras familias y amigos por medio de redes sociales, organizamos nuestras actividades en el calendario de google, nos dejamos guiar por un GPS, nos comunicamos por medio de WhatsApp y nos acostamos revisando cómo estará el clima en los próximos días. Somos grandes consumidores de tecnología, pero ¿cuánto entendemos realmente de lo que sucede detrás de esas pantallas? Si no entendemos cómo funcionan estos programas y aplicaciones, ¿somos ciudadanos que pueden elegir libremente los programas o aplicaciones que utilizan?

En los últimos años, la enseñanza de la programación se ha transformado en un tema de creciente importancia. Poder llevarla a todos los niveles educativos es un desafío que comparten muchos países y que reúne la atención de universidades, empresas y diferentes organizaciones. A pesar de que existe un enorme interés en la enseñanza de la programación en contextos educativos formales, la mayor parte del desarrollo se centra en la creación de nuevos entornos para enseñar a programar.

Particularmente en Argentina, desde el año 2010, los miembros de la Secretaría Nacional de Ciencia e Innovación Productiva junto con las universidades nacionales han estado promoviendo la enseñanza de programación en la escuela. Acompañando con acciones concretas y con una visión vanguardista, el Gobierno de la Provincia de Córdoba desde el Ministerio de Educación, crea el Programa ProA (Programa Avanzado en Educación con énfasis en TICs) que incluye en la formación secundaria de gestión estatal la enseñanza de la programación.

ProA se inicia en el año 2014, y da cuenta de la comprensión del desarrollo acelerado de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), y la consiguiente modificación en las formas de interactuar entre las personas y el conocimiento. El Programa comienza en diferentes localidades de la Provincia de Córdoba, en escuelas secundarias que poseen la particularidad de proponer una formación especializada en desarrollo de software, desde 15 espacios curriculares a partir del primer año.

En consonancia, en agosto del 2015, el Consejo Federal de Educación (CFE) a través de la Resolución Nº 263/15, declaró de importancia estratégica a la enseñanza y el aprendizaje de la programación, en todas las escuelas durante la escolaridad obligatoria.

¿Por qué hay tanto interés en la enseñanza de la programación en todos los niveles educativos?

Por un lado, teniendo en cuenta el auge actual y futuro de las profesiones relacionadas con la programación, hay una necesidad real de poder contar con profesionales en el área de programación en múltiples disciplinas. Se dice que las profesiones relacionadas a la computación y programación son fundamentales para resolver los problemas y desafíos del presente y el futuro. Incluso quienes dudan de esta postura reconocen la creciente y sostenida necesidad de programadores en el país y en el mundo. Nuestro país y nuestra provincia no son ajenos a esta realidad. En el gráfico podemos observar el crecimiento de la demanda laboral en empleos relacionados al desarrollo de software en Argentina, desde el año 2009 al 2018.

El empleo, la variable de mayor sustento para entender el crecimiento del sector y su potencialidad, ha aumentado un 47,8% entre 2009 y 2018, a una tasa anual acumulativa del 4,4%. A modo de comparación, el empleo registrado de todo el sector privado entre ambos años creció un 11,4% a una tasa anual acumulativa del 1,2% A pesar de la crisis de 2008-2009 y las devaluaciones de principios de 2014, finales de 2015 y 2018, las ventas del sector medidas en dólares aumentaron en los últimos diez años un 2,9% acumulativo anual. Esta área en crecimiento demanda cada vez más profesionales formados.

Por otro lado, es necesario pensar en la democratización de la programación. El mundo del cual formamos parte está digitalizado, las computadoras nos atraviesan en nuestra cotidianeidad. Somos grandes consumidores de aplicaciones, videojuegos y celulares, pero el usuario promedio desconoce su funcionamiento y gran parte de los riesgos que implica, a veces, su mero uso.

Es indiscutible que para poder ser ciudadanos libres en el mundo de hoy, tenemos que entender cómo funcionan los programas y aplicaciones que utilizamos a diario. Amy J. Ko, Doctora, Profesora e Investigadora de las Ciencias de la Computación de Universidad de Washington, propone en un artículo algunos puntos claves y básicos para pensar en una enseñanza crítica de la computación:

Terminar con la idea de que los programas y aplicaciones son mágicas, que siempre funcionan correctamente, que son neutrales y que con la computación se pueden resolver todos los problemas. La educación en programación y ciencias de la computación debe reemplazar estas concepciones, ya que en realidad el desarrollo de programas siempre incorpora los valores y los prejuicios de sus creadores y, además, el software solo puede resolver algunos problemas y, en muchos casos, crea otros nuevos.

Los programas son creados por personas en un contexto particular y a su vez pueden generar un impacto en la sociedad, lo cual demanda un ejercicio crítico en el desarrollo, selección y uso de software. ¿Cómo discernir? ¿Qué criterios puede considerar la persona programadora ante las decisiones de desarrollo, ejercicio o mero consumo?

En la actualidad, son 41 las escuelas ProA distribuidas en todo el territorio de la Provincia de Córdoba, y la propuesta formativa de sus estudiantes responde a las motivaciones que han hecho de la enseñanza de la programación un tema de relevancia a nivel mundial: brindar herramientas que ayuden a las personas a entender cómo funcionan las computadoras, aplicaciones y programas que usan a diario, para que no sean sólo consumidoras de tecnología sino que también puedan intervenirla y transformarla. De esta forma, serán capaces de ejercer plenamente su ciudadanía digital y también de desarrollar habilidades que les permitan participar en el mundo laboral de la programación.

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Referencia Bibliográfica:

Por Amy J. Ko, Alannah Oleson, Neil Ryan, Yim Register, Benjamin Xie, Mina Tari, Matthew Davidson, Stefania Druga, Dastyni Loksa Communications of the ACM, noviembre de 2020, vol. 63 No. 11, Páginas 31-33 10.1145 / 3424000
https://cacm.acm.org/magazines/2020/1½48199-it-is-time-for-more-critical-cs-education/fulltext